jueves, 2 de mayo de 2024

EL FERROL, RECORDANDO A LUIS BERENGUER



________ El escritor y académico Enrique Montiel es natural de San Fernando, Cádiz, donde continúan los actos conmemorativos con motivo del centenario del nacimiento de Luis Berenguer. El homenajeado era un prestigioso autor de origen ferrolano con el que el gaditano mantuvo una estrecha relación de amistad. A día de hoy, la ciudad en que nació el ilustrado todavía no propone ningún gesto para honrarlo.

Cuando Luis Berenguer vino al mundo, llegó al número 11 de la calle Espartero. Su padre era médico militar, por lo que lo habían destinado en Ferrol cuando la madre estaba embarazada. “Él decía que había nacido en Ferrol por orden ministerial”, bromea Enrique Montiel. El renombrado se crió en la ciudad hasta que al progenitor le marcaron la próxima parada, Cartagena.

A él le gustaba mucho ser ferrolano, ese ingenio y esas maneras que había aprendido aquí”, expone el allegado. Siguiendo la tradición familiar de la Marina, Berenguer se mudó a Marín, en Pontevedra, para estudiar en la Escuela Naval. “Conocía a los gallegos a conciencia, indica Montiel, que recuerda que para sus obras literarias, creaba personajes naturales de esta tierra, que hablaban y pensaban en el idioma propio de Galicia.

La infancia de Berenguer estuvo dividida por varias localizaciones, lo que no significa que alguna tuviera menos peso en su vida. Era un poco gallego, un poco cartagenero y un poco andaluz, describe Enrique Montiel. De hecho, el académico declara que sus libros registran los tres tipos. Uno de los más populares es el protagonista bético de “El mundo de Juan Lobón”. Este personaje está inspirado en la realidad de una persona que fue cazador furtivo. Su teoría era que las reses no son de nadie, el problema es que pasan por un campo que tiene un coto, explica Enrique Montiel.

“El mundo de Juan Lobón” es su primera obra y fue adaptada para una serie de TVE en 1989. Con este libro obtuvo el Premio Nacional de la Crítica, un momento clave también para la vida de Enrique Montiel. El académico ya sentía entonces una gran atracción por la escritura y fue esta pasión la que lo condujo hasta la puerta de Berenguer.

Montiel acudió con un amigo a casa del ferrolano, poco tiempo después de publicar esa “ópera prima”, con la intención de que les dedicase el ejemplar. Este fue el primer contacto de lo que más tarde se convertiría en una relación realmente especial. “Poco después, gané un premio literario y le llevé mi trabajo para que lo leyera”, comunica el escritor. Tal y como se forjan, por lo general, las amistades, el paso del tiempo fue uniendo a los dos literatos hasta el punto de buscarse mutuamente, según apunta Montiel. El nexo que los conectó en primera instancia pervivió entre ellos durante toda la relación.


Tuve un magisterio extraordinario que me daba clases particulares, manifiesta el académico. Estas lecciones consistían en que Berenguer leía los textos que el joven escribía y le comentaba las dudas que le fueran surgiendo durante la lectura. Según alega Enrique Montiel, esta actividad pedagógica supone una participación conjunta en un acto colectivo de pensamiento.


Él iba mucho por delante, yo era un muchacho de veinte años y poco más, reconoce el gaditano, que se muestra afortunado por su amistad, ya que con Berenguer también conversaba sobre libros y autores de su gusto. Gracias a este vínculo, Montiel descubrió nombres como el que hoy considera uno de los mejores poetas, el peruano César Vallejo.

También era un autor que conocía en profundidad la literatura anglosajona, como la de James Joyce, a quien llegó a traducir gracias a su dominio del inglés, que desarrolló durante la estancia que el ferrolano pasó en Washington. Esta etapa en la capital estadounidense ocurrió tras haber estudiado Ingeniería en Madrid, después de su estancia en Marín.

Era un hombre muy completo, concluye Montiel. La relación llegó hasta el final, ya que el académico estuvo con Berenguer el día previo a su muerte. En ese encuentro, el autor le leyó su última novela, “Tamatea, novia del otoño” y le comentó su intención de presentarla al Premio Planeta.

A día de hoy, el isleño proclama que en Ferrol, tendría que quedar una huella de Luis Berenger. El lugar de nacimiento es para él sustantivo y la explicación que encuentra al hecho de que no se celebre el centenario en el municipio solo puede ser el desconocimiento. Así pues, el escritor gaditano propone dedicar un espacio en la ciudad para conmemorar al autor. Que Ferrol tenga una calle que se llame Luis Berenguer significa darle honra a un escritor de los grandes como Torrente Ballester, Miguel Delibes o Umbral, ambiciona Montiel.

El académico está casado con Macamen de Arnáiz, nacida en Ferrol, y de un modo semejante al de Berenguer, se vio obligada a mudarse a San Fernando debido al destino que le impusieron a su padre. Así pues, la pareja se conoció en territorio gaditano, cuando todavía se encontraban estudiando en el instituto.

Aun así, la familia de Macamen de Arnáiz continúa con las raíces soterradas en esta ciudad. De hecho, la visita de Montiel a la localidad se debe a la celebración del aniversario de su suegra, que cumplió los 99 años. Al haberse conocido a una edad tan temprana, no solo disfrutó Enrique Montiel de la amistad con Berenguer, sino que el matrimonio mantuvo una relación realmente allegada al autor ferrolano. Asimismo, lo hicieron en su momento con la viuda y con algunos de sus 11 hijos.

Diario de Ferrol
2024 05 02_

https://www.diariodeferrol.com/articulo/ferrol/enrique-montiel-ferrol-tendria-quedar-huella-luis-berenguer-4818781


JOSE MANUEL GARCÍA GÓMEZ

 









_______ José Manuel García Gómez

Hace 15 años que murió José Manuel García Gómez. Da escalofrío la cifra. ¿Cuánto hace que murió José Luis Tejada? Luis Berenguer cumplirá 30 años de muerto el 14 de septiembre de 2009. Juan Antonio Campuzano hace ya, también, demasiados años. Como González Barba, Germán Caos, González Camoyano, Antonio González Muñoz, los hermanos Cuevas... El hueco que deja la muerte retumba algunos días con el badajo lúgubre de nombres que repican. Como el bueno de Varela Gilabert y tantos otros que estuvieron aquí la breve estancia de una vida, y se fueron.

Hace 15 años que García Gómez el poeta, como era conocido para diferenciarlo de García Gómez, don Emilio, el famoso arabista, nos dejó un poco bastante de improviso. Y los días se superponen a los días, pasan los años y no sólo el polvo vuelve al polvo, es el olvido con su vientre voraz el que todo lo deglute y desintegra. Digo que algunos, quizá, tienen su nombre enhiesto en una calle de su pueblo pero otros, como José Manuel García Gómez, sólo tienen el recuerdo de quienes no lo olvidamos. Porque un tiempo fue una voz extraordinaria que decía poemas, y un amigo fiel, y alguien que, en aquellos tiempos, trabajó por la cultura, por el arte, por los integrantes de la familia menesterosa de los poetas, de los escritores, de los soñadores.

En los huesos que descansan en las cunetas de las carreteras, en los descampados, en todos los escenarios de los crímenes del drama de España, no están los años de Nada, ni de El Jarama, ni los de los versos de Ángel González y Pepe Hierro, ni los de los poetas olvidados ni mal vistos. El ajuste de cuentas no siempre lo hace el tiempo, lo hacemos nosotros. Porque hubo años de mucha iniquidad y demasiado miedo sobre el que algunos construyeron Alcances y subieron la poesía a los escenarios, y labraron una fraternidad de la metáfora o la lucha contra el mezquino idioma. Como José Manuel García Gómez, que no tiene una callecita en su pueblo, ni una placa del Ateneo, ni muchos quieren acordarse de su franca manera de estrecharte la mano y decir los poemas como nadie.

No se trata de mirar hacia atrás, sino de hablar caminando hacia adelante por si alguien se entera de que entre los huesos no están esos hombres que empezaron a construir de nuevo el horizonte destruido de un país pueblo a pueblo. Fueron muchos maestros en sus escuelitas rurales, y muchos profesores en sus institutos, y algunos agitadores culturales, poetas, gestores de un amor a la palabra que no podía desaparecer para siempre.

Quería decir que no puedo creer que hace ya 15 años que José Manuel García Gómez se fue, no me lo puedo creer.

                                                                                                                 Noviembre 2008_


ERBARME DICH


Erbarme dich, mein Gott - Matthäuspassion -
Johan Sebastian Bach
Aafie Heynis

martes, 30 de abril de 2024

El Pinsapar / TODO SUMA



_____ Todo suma

Desde Argelès-Sur-Mer, que siempre será la imagen de la derrota y el exilio español en 1939, que es en donde al parecer el prófugo Puigdemont ha establecido su campamento de San Fe, le ha llegado a Pedro Sánchez un órdago imposible: Si el gobierno no cede todos los impuestos a Cataluña no apoyará los Presupuestos Generales del Estado. El otro socio, Aragonés, también aprieta por ese lado, si bien lo llama “financiación singular”. ¿Todo es cuestión de dinero? Casi todo, parece. Las consecuencias han sido la parte sumergida de los días de reflexión profunda del presidente del gobierno, no solo lo que no ha terminado, se ponga como se ponga Bolaños Montero… y Pablo Iglesias. La disolución del Parlamento puede llegar de este callejón sin salida de los nacionalistas independentistas españoles, todos. Que la separación sea completa antes de ser legal. Esto es, desaparición del Estado, control sobre la población y el nuevo decreto de expulsión, para entendernos. Es para pensárselo, no sólo cinco días, más tiempo.

España da vueltas y vueltas a un precipicio posible, con muchas anécdotas, como lo de Manos Limpias, que ya sabemos que es como la caseta de feria de las escopetas de aire comprimido. Armar una denuncia con titulares de periódicos digitales y así es eso, Manos Limpias. Si no hay materia, ya pueden presentar una hemeroteca entera. Así que la procesión va por dentro y, en todo caso, por otros derroteros. ¿Qué porcentaje de realidad conoce Pedro Sánchez más y mejor que los españolitos de a pie? El 90% con seguridad. Pues como lo del Fiscal General y la Fiscalía: pues eso. Es una larga mano de cartas marcadas, hace falta, es imprescindible cambiar la baraja. Así que ayer se salió de la gran duda planteada, los días de reflexión. Los apoyos, los autobuses fletados y la estigmatización de la Derecha y la Ultraderecha, y la prensa de derechas y de extrema derecha (inevitable sonreír) siempre viene bien al Progresismo, empeñado en que la democracia no puede ser otra que la Izquierda y la Extrema Izquierda, Bildu y los nacionalismos independentistas de la financiación singular protegidos por el manto de la amnistía general y extraordinaria. Todo es como lo de la democracia burguesa de antaño, tan denostada por el comunismo combativo.

Seguimos jugando al todo o nada, desgraciadamente. ¿Ganará el Todo? ¿El Nada? No se sabe bien, fuera de la dialéctica del Poder, acotar los conceptos porque se trata de eso, del Poder, cuya primera y primordial razón de ser es ocuparlo y conservarlo, decenas de años si fuera posible. Con las urnas, contra el propio país, con lo que sea. Todo suma, no cabe duda.

Diarios Grupo Joly
El Pinsapar
2024 04 30_


domingo, 28 de abril de 2024

Calle Real / BOZANO

______ Bozano

Casi toda mi vida está relacionada con Bozano. Digo con Paco, con Dori, sus hijas, Antonio Román, Mamen, Román Guaita… En una firma de ejemplares conocí a Pepe Oneto, el gran Pepe Oneto, también estuve con Luis Berenguer… Pero sobre todo Bozano era todos los domingos que llegaba mi padre con los periódicos y las revistas de Historia, que compraba para mí. Demasiados asideros del sentimiento para una efeméride tan importante como cumplir un siglo. Una empresa familiar que cumple un siglo es algo para celebrar. No sé cómo pero para celebrar (quiero decir que algo pensará la alcaldesa, no hay en la ciudad comercios centenarios abundantes). Bozano también es, no puedo dejar de contarlo, un sueño cumplido. El escritor que yo quería ser soñaba ver un día sus libros en el mismo escaparate en el que miraba las novedades que llegaban a Bozano. Cuando pusieron Mal de piedra, mi primera novela, sentí, ya decía, el sueño del joven escritor en ciernes.

Mi vida ha sido muchas veces el poema de Pessoa que hablaba del río de su pueblo, que no era más importante que el Tajo, pero era más importante porque el Tajo no pasaba por su pueblo. Por esta y muchas otras razones sabía yo que escribir este Calle Real no sería fácil, ni mucho menos. No podría resumir más de sesenta años de amistad con Paco García Bozano y lo que significa en mi vida y en mi ciudad. Pero verlo al pie del cañón, como siempre, recordando que su padre lo mandaba a limpiar los cristales del escaparate con periódicos viejos, como su trabajo en la defensa de las librerías de España, es un grado más que emocionante. Un siglo en una ciudad como San Fernando, donde de por sí el tiempo ha transcurrido con mucha lentitud, no deja de ser un doble mérito. Paco Bozano ha dejado su vida entre las imaginarias cuatro paredes de su almacén de sueños y ahí sigue y sin palabras nos dice que ha valido la pena, que si mira para atrás con alguna indulgencia, ha sido feliz, como feliz es por dejar la herencia en su hija Cristina, que es librera de raza.

Lo repito como un mantra, un siglo de puertas abiertas, un siglo recibiendo novedades, abriendo las ventanas de la vida que es un escaparate de libros, es haber vivido una vida plena. Las celebraciones, la lectura por todos de la vida del ingenioso Hidalgo, la interesantísima exposición del Centro de Congresos, los apoyos institucionales, los actos en la sala más grande, el cariño de la gente, completo y sin fisuras, es la cosecha de una vida, el árbol milagroso que ha crecido como una araucaria en el corazón de la Isla.

Felicidades, amigos.